Ahorrar energía en la cocina y reducir tu factura

La cocina alberga muchos electrodomésticos, la mayoría de los cuales funcionan con electricidad: hornos, refrigeradores, congeladores, freidoras de aire y batidoras. Pero ¿sabías que puedes ahorrar energía fácilmente en la cocina sin comprometer la calidad de tus comidas?

Durante la crisis energética, adoptamos muchos hábitos útiles que aún tienen sentido si queremos reducir nuestra huella de carbono y ahorrar dinero.

No se necesita mucho más que un poco de conciencia para marcar una pequeña diferencia. ¿Y por qué no empezar en el corazón de tu hogar, la cocina, donde usamos mucha energía para enfriar, calentar y preparar alimentos?

Con cinco trucos sencillos, puedes ahorrar energía y dinero mientras haces que tus rutinas en la cocina sean más ecológicas.

1. Elige electrodomésticos eficientes energéticamente

Al comprar electrodomésticos para la cocina, busca las etiquetas de eficiencia energética. Elige electrodomésticos que se ajusten a tus necesidades para evitar un consumo innecesario de energía. El tamaño también importa: un electrodoméstico más grande usa más energía, incluso si tiene una buena calificación energética. Siempre considera las necesidades de tu hogar antes de realizar una compra.

2. Usa los electrodomésticos con responsabilidad

Pequeños cambios pueden marcar la diferencia. Usa solo la energía que necesitas: llena el hervidor con la cantidad justa de agua y utiliza el lavavajillas o la lavadora solo cuando estén completamente cargados. Lavar la ropa a 30°C también puede ahorrar energía.

3. Apaga el modo de espera

Electrodomésticos como lavavajillas, microondas y lavadoras consumen energía incluso en modo de espera. Apágalos completamente cuando no los uses. Con el tiempo, estas pequeñas acciones pueden generar grandes ahorros.

4. Ahorra energía al cocinar

Hierve solo la cantidad necesaria de agua y usa tapas en ollas y sartenes para calentarlas más rápido. Apaga la estufa unos minutos antes de que la comida esté completamente cocida y deja que el calor residual termine el trabajo. Evita abrir la puerta del horno con frecuencia, ya que esto deja escapar calor y requiere más energía para mantener la temperatura.

5. Optimiza el enfriamiento y la congelación

Deja que los alimentos calientes se enfríen antes de colocarlos en el refrigerador o congelador. Descongela tu congelador regularmente y ábrelo solo cuando sea necesario. Mantén la temperatura de tu refrigerador a un máximo de 5°C y asegúrate de que haya espacio detrás del refrigerador para una mejor circulación del aire.

Pequeños cambios hacen una gran diferencia

No se necesita mucho para ahorrar energía y reducir tu huella de carbono. Pequeños cambios pueden convertirse en buenos hábitos que beneficien tanto al clima como a tu bolsillo.